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Mural cerámico, Fundación Arturop Lopez Perez, Providencia, Chile, 2025.
Esta obra fue la propuesta ganadora de un concurso convocado para intervenir el hall de acceso de la Fundación Arturo López Pérez, en Providencia, Chile. Las bases del concurso establecían que la obra debía ser simple y serena, transmitir vida, alegría y paz, en consonancia con la misión de la fundación de brindar apoyo a personas en tratamiento contra el cáncer. En respuesta a esta premisa, el diseño equilibra precisión geométrica y materialidad cerámica, generando una intervención visualmente clara y armoniosa, que invita a la contemplación. Con una dimensión total de 225 × 225 cm, está compuesta por 81 cerámicas blancas opacas de 25 × 25 cm impresas digitalmente, organizadas en una disposición modular que construye una imagen de alto detalle y profundidad estética.
El proyecto reinterpreta la tradición de los murales de azulejos portugueses, caracterizados por su organización modular y monocromía en azul, trasladando estos principios a un contexto contemporáneo mediante herramientas digitales y procesos paramétricos. A través del diseño algorítmico, patrones geométricos de alta complejidad se estructuran con precisión, generando una composición en la que cada elemento es distinto al otro y responde a un orden calculado.
La producción de la obra combina tecnologías avanzadas y procedimientos artesanales. Mientras la impresión digital UV garantiza una reproducción exacta y duradera, cada cerámica es preparada, sellada y secada a mano, siguiendo una metodología tradicional para este tipo de producto. Este cruce entre lo digital y lo manual refuerza la relación entre la estandarización técnica y la materialidad artesanal de la obra.
El centro de la composición está definido por una gran esfera azul, construida a partir de la disposición precisa de los azulejos. Desde la distancia, la imagen se percibe como una forma contenida y uniforme; en la proximidad, revela una red de estructuras geométricas interdependientes, que articulan múltiples escalas de lectura.
El círculo funciona como un eje estructurador dentro del sistema modular de la obra. Su forma cerrada y continua evoca equilibrio y unidad, mientras que la elección del azul—color históricamente ligado a la cerámica ornamental—añade una dimensión perceptual vinculada a la estabilidad y la introspección. La sencillez formal y la pureza de la composición refuerzan un ambiente de calma y optimismo, alineado con el propósito del espacio en el que se emplaza.